Como docente
soy la encargada de la evaluación de los aprendizajes de mis alumnos, y por
tanto, soy quien realiza el seguimiento, creo oportunidades de aprendizaje y
hago las modificaciones necesarias en mi práctica de enseñanza para que mis
alumnos logren los aprendizajes requeridos en el Plan y Programas de Estudio.
Por tanto, soy la responsable de llevar a la práctica el enfoque formativo e
inclusivo de la evaluación de los aprendizajes.
El
seguimiento al aprendizaje de mis niños lo llevo a cabo mediante la obtención e
interpretación de evidencias sobre el mismo. Éstas me permiten contar con el
conocimiento necesario para identificar tanto los logros como los factores que
influyen o dificultan el aprendizaje de mis alumnos, para brindarles
retroalimentación y generar oportunidades de aprendizaje acordes con sus
niveles de logro. Para ello es necesario que yo identifique las estrategias y
los instrumentos adecuados al nivel de desarrollo y aprendizaje de mis alumnos,
así como los aprendizajes esperados.
Uno de los
instrumentos que he utilizado para la obtención de evidencias es el portafolio
de trabajos.
Acostumbro
elaborar juntamente con ellos dicho portafolio.
Aprovecho la
oportunidad para trabajar con ellos el “Instructivo” favoreciendo así las
competencias de emplear el lenguaje como instrumento para aprender y
comunicarse, para analizar la información y emplear el lenguaje para la toma de
decisiones.
En esa
sesión los niños leerán un texto instructivo, intercambiarán ideas, seguirán
instrucciones y tomarán decisiones para elaborar su portafolio.
Realizar
esta sesión es muy enriquecedor porque en el área curricular se podrán
fortalecer las: COMPETENCIAS.- Produce textos escritos. Comprende textos
escritos.
CAPACIDADES.-
Se apropia del sistema de escritura. Reorganiza la información de diversos
tipos de textos.
INDICADORES.-
Escribe de manera convencional su nombre en la portada de su portafolio.
Parafrasea el contenido de un texto de estructura simple con imágenes y sin
ellas, que lee de forma autónoma.
Comunicar a
los niños el propósito de la sesión es algo muy relevante. Que ellos sepan que
no sólo se trata de elaborar un portafolio siguiendo instrucciones y decorarlo
creativamente escribiendo nuestro nombre sino que comprendan la utilidad del
mismo y para qué nos va a servir.
Quiero
mencionar que no le he sacado el provecho que debiera a esta utilísima
herramienta de evaluación porque considero que aunque disfruto mucho con los
niños la elaboración del mismo, la mayor parte de las veces sólo me sirve para
recopilar los trabajos de los niños. Esto no quiere decir que yo no haya podido
ver a través de esta compilación el proceso de sus aprendizajes y su evolución,
sino que he descuidado la parte que me corresponde a mí como docente, la de
evaluar mi práctica de enseñanza, la falta de análisis más profundo del proceso
de aprendizaje llevado a cabo. He aprendido que el portafolio exige una
reflexión por ambas partes: docentes y dicentes pues la persona que lo elabora
tiene que pensar acerca de su proceso de enseñanza aprendizaje y sobre cómo lo
ha llevado a cabo. Así como también no olvidar que este proceso reflexivo va
unido a una autoevaluación porque implica adentrarse tanto en los aspectos
positivos como en los negativos del proceso de aprendizaje, por tanto, se
produce un autoanálisis que no es otra cosa que una autoevaluación.
Honestamente en los portafolios que he manejado he descuidado una de sus
principales funciones: la de auxiliar al estudiante a desarrollar la capacidad
de evaluar su propio trabajo, reflexionando sobre él, mejorando su producto. Y
si esto se ha dado en el aula (que el niño pida su trabajo para mejorarlo) ha
sido de manera espontánea, no porque yo lo propiciara.
Las
experiencias positivas que me ha dejado la elaboración de los portafolios es
que a los niños les encanta, aprenden a valorar sus trabajos, a organizarlos, a
revisarlos con frecuencia. Cuando un trabajo está inconcluso, o les parece que
pueden mejorarlo, piden que se los permita.
Con los
portafolios de los niños puedo ver sus puntos fuertes y sus debilidades, sus
valores, sus esfuerzos, sus logros, sus mejorías, etc…
Ahora que he
aprendido más acerca de los portafolios y de su gran utilidad, deseo aprovechar
al máximo este curso y hacer mi propio portafolio electrónico, ya que éste
ofrece al profesor una reflexión crítica de su propia actividad docente, y
puede cumplir, además, una interesante función como herramienta para la
evaluación de pares; con ello puedo conocer la trayectoria desarrollada por
otros docentes y favorecer la comunicación de experiencias. Ahí puedo incluir
los documentos de mis alumnos, calificaciones, trabajos, etc… Podré reflexionar
sobre mi quehacer docente evaluando mi desempeño profesional y mis
procedimientos de enseñanza, como también potenciar que las familias se
involucren pues puede facilitar el contacto con ellas.